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Cae la trenza sobre mis hombros, rozándome la piel del cuello.

Esta manera de trenzar es distinta, los mechones son otros, y siento que cada uno de ellos requiere mimo y suavidad al ser entrelazado con los otros.

Cuerpo, mente y espíritu. ¿Deben ser estos tres mechones iguales? ¿Del mismo grosor? ¿Cómo es tú trenza? ¿Puedo verla?

En estos días de pascua pienso en una frase: “Sal del sepulcro…” y siento que ese “sepulcro” de tristeza me ha acompañado mucho tiempo. ¿Salir de él sin miedo? No es verdad. Lo tengo. Aun así: intentarlo. Salir, arriesgando con nuevos pensamientos, nuevos valores, nuevas maneras.

Mis ojos tan acostumbrados a la oscuridad se abren despacio. Hay otra manera de relación, Jesús vino a enseñárnosla. Otra forma de relacionarnos con nosotras mismas, con los demás, con el Cosmos, con Dios. Es tiempo de darnos a luz a nosotras mismas. Es tiempo de transformación.

Josune Bejarano

Un comentario en «Tiempo de Pascua, tiempo de transformación»

  1. El Espíritu del Resucitado nos conmueve y nos remueve con sentimientos diversos, pero al dejarnos impregnar por él, se llega a un punto en el que ya no existe retorno,y todo cobra un tinte nuevo. ¿ Cómo mimar y alimentar cada mechón de esa “trenza” que nos configura como el “Ser consciente ” que somos en medio de este Universo? .Ahí estamos Josune…merece la pena, sin duda!

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