El silencio me lleva a…

El silencio me lleva al amor, a la confianza, a no temer y por tanto, a no necesitar.
Me lleva a la verdad.

Lo que anhelo ser, ya soy. Lo que pasa es que no veo lo que soy, tengo un montón de bártulos que he ido metiendo en ese trastero maravilloso que todos tenemos.
He metido y sigo metiendo bártulos porque quiero a las personas que me piden el favor, o incluso, yo misma me ofrezco antes de que me lo pidan, lo hago por “amor”…

Pues bien, como diría María Jiménez en su canción, “SE ACABÓ”!!!
Se acabó porque eso no es ser mala persona, se acabó porque decirle a alguien que se lleve sus cosas a su propio trastero es la cosa más natural.

TODOS, todos tenemos el mismo trastero, a igual distancia y con el mismo tamaño.
Podemos ayudar en un momento puntual, la mayoría de las veces, las personas tienen sus trasteros llenos de las cosas de otras personas y el efecto dominó está servido.

Pues bien, cuando empecemos a sacar las cosas que no son nuestras y nos impiden ver las que sí lo son, nos sentiremos mal. Son creencias irracionales, que podemos observar, y darles salida.

Albert Ellis tiene once que nos retratan perfectamente. Una vez liberado nuestro trastero, serenada nuestra conciencia, es el momento de mirar todo aquello que habíamos olvidado tener. Es el momento de utilizar nuestras propias cosas para la vida. Confiemos, amemos nuestro trastero, contiene todo lo necesario, todo.

Tratemos de no volver a las andadas llenando otra vez con cosas ajenas nuestros trasteros. No hay razón para hacerlo, cada cual tiene espacio de sobra para conservar todo lo suyo.
Nos sentiremos, más libres, más ligeros, más alegres.

Disfruta conociendo todo lo que tienes, piensa en cómo y para qué lo vas a usar.
Acoge tu ser, ama lo que eres, cuando lo consigas, ama a tus hermanos y date a ellos. Es la forma mejor de dar uso a tus cosas del trastero.

Iratze Bustinza

Un comentario en «Bérriz, Adviento 2017»

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