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El equipo de EIC tenemos por costumbre ofrecer una Pascua, de diferentes maneras: tipo retiro interno o también ofreciendo reflexiones por las mañanas del Triduo, con los temas del día. Este año será virtual. De esta manera, estés donde estés y cuando puedas, lee los textos, y si te invitan a orar, será el Espíritu quien nos está invitando. No le demos largas.

Hace unos días os enviamos, amig@s del blog, una reflexión para el día de Pascua. No perdamos la perspectiva de que así fue en la experiencia de las primeras comunidades. Primero viven a nivel personal y también comunitario que Jesús está vivo, y después “recuerdan” las Escrituras, las judías, ya que eran las suyas, y obviamente estas fueron el apoyo y fuerza de Jesús. Por eso las leemos casi siempre de primera lectura en la liturgia, preparan el sentido del evangelio.

Si nos ponemos en la piel de nuestros hermanos y hermanas que en primera persona vivieron esta historia, posiblemente la veamos diferente a que si sin previa preparación profunda, asistimos a liturgias y procesiones y de un modo medio distraído pasamos la Semana Santa y la Resurrección.

Os invito a descubrir por qué la primera lectura de casi todas las liturgias de la Semana Santa es del profeta Isaías.

 Os sugiero que en un momento del día tranquilo, y en un espacio silencioso, sin música para que la mente no se vaya detrás de ella, encendiendo una vela como quien “prepara el corazón”, después de respirar con los ojos cerrados, varias veces, hasta que sientas que tu cuerpo ha llegado y tu mente-corazón están serenos, lo cual no quiere decir que no haya preocupaciones, pero sí que las vamos sosegando al ritmo de nuestra respiración…poco a poco tomar conciencia de la presencia que te convoca y acompaña.

 Serenamente, sabiendo que la Palabra se dirige hoy a ti, tomas la Biblia, como algo sagrado y con respeto y cariño, buscas la Palabra, y la lees varias veces, sin poner pegas, preguntas…no es el momento. Deja que como un bálsamo, la palabra de Dios, descienda sobre ti y entre en tu espacio sagrado. Sin prisas, sosegadamente. Acoger la Palabra es acoger al Espíritu de Jesús Resucitado.

Leemos: primero todo seguido para sentir la fuerza de los textos y luego una al día.

Isaías 50,4-7: Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído… (seguir leyendo)

Isaías 42,1-7: Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no voceará…

Isaías 49,1-6: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó, en las entrañas maternas y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano;…

Isaías 50,4-9a: Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído para que escuche…

Isaías 61,1-9: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados…

Isaías 52,13-53:…muchos se espantaron de él porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano…lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado por los hombres…

Isaías 54,5-14: El que te hizo te tomará por esposa…como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor…por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré…(vigilia pascual).

Isaías 55,1-11: Oíd sedientos, acudid por agua, también  los que no tenéis dinero: venid comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde… (vigilia pascual).

Respondiendo a la pregunta de por qué esta primera lectura desde el domingo de ramos a la vigilia pascual, todos los días es de Isaías, creo poder responder que Jesús hace suya la llamada y la vocación que descubre en el profeta. Jesús es el iniciado, el elegido, el llamado a ser la voz y la presencia del Abba. Y cuando va asumiendo su vocación se le regala el don del Espíritu para que asuma una manera de hacer, y unas consecuencias.

El regalo es el Amor incondicional, la gratuidad que él recibe y comparte. Llamada para una misión, fuerza para realizarla y asumir las consecuencias y por fin gozo como de esposa enamorada al saberse siempre amado, aun cuando se sentía abandonado. Y por fin puede proclamar la gratuidad del don que tiene.

Tal vez pensemos que todo eso ya lo sabemos, que Jesús fue muy guay… el tema de fondo, muy de fondo es que este “iniciad@, elegid@,enviad@…hoy, somos tú y yo. Que la buena noticia hoy es que el Abba-Ama, nos empodera a nosotr@s para que la cadena se vivencie hoy.

Nadie puede decir “a mí no me han elegido, llamado, iniciado…” tod@s somos la hija, el hijo de Dios hoy en nuestro mundo.

Jesús, y nosotr@s podemos asumir tanto gozo-dolor-gozo, cuando vamos vivenciando esta Palabra que a lo largo de la historia fueron asumiendo mujeres y hombres, como nosotras, sencillos pero fieles. Por eso nos llegó. Y se lo agradecemos continuando la cadena.

Antes de irte corriendo a tus tareas, recoge el fruto de tu reflexión, escríbelo: ¿qué palabra te han regalado? Responde, agradece o ignora y corre. Pero el Siervo Sufriente nos invita a recorrer con él nuestro momento histórico, y a sembrar su semilla. Así te sientes hija y esposa, y cómplice de esta gran comunidad de hermanos y hermanas que lo intentamos.

Que estos días sean sagrados.

 

 

 

 

 

 

Un comentario en « APOYO ORACIONAL PARA COMPRENDER AL JESÚS DE LA PASIÓN  desde los textos de Isaías»

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