El Universo, con su sabiduría, matriz y patrón de todo lo que existe, nos sigue hablando desde dentro, con voces de científicos místicos y profetas.
Somos una comunión de sujetos. Esta afirmación trastoca los cimientos del edificio social y eclesial, construido sobre bases muy distintas, en muchos casos opuestas. No así el Evangelio.
“Las actitudes científicas y los inventos tecnológicos han sustituido la mirada contemplativo-mística de la realidad y la evocación empática de las fuerzas naturales y espirituales a través del ritual y la invocación oracional” (T. Berry)
Estamos a las puertas de Adviento. Es ese tiempo del año cuasi mágico que invita a escuchar el latido de la vida dentro, con su símbolo de “embarazo de la vida de Dios en una mujer”. Es tan sugerente que a nosotras se nos invita por dentro a no esperar que empiece. Todo lo importante requiere un tiempo de preparación y reflexión. Hemos confundido Adviento con tiempo de preparación para la Navidad solamente, tal vez obviando que es un tiempo litúrgico de una sabiduría difícil de igualar.
Intentando poner en práctica desde nuestra realidad, las palabras de las personas que nos abren los ojos, reconocemos que hoy o buscamos realizar liturgias alternativas o complementarias a las de las iglesias tradicionales, o nos quedamos un poco secos por dentro.
Nuestra propuesta, es empezar desde ya, a crear espacios de silencio que nos preparen para esa escucha del latido del Universo.
Y desde ese silencio prolongado en las largas horas de noche del otoño tardío e invierno, ritualizar: poner gesto y palabra, danza y movimiento… a lo que vamos sintiendo, en horas de luz y latido para tod@s.
Además de reciclar, de limpiar nuestros mares de plásticos… la mayoría necesitamos limpiar nuestras mentes de la intoxicación que nos impide sentir el Universo como carne de nuestra carne.
Es nuestro reto de pre-adviento y de Adviento. Te invitamos. Si tienes ideas, comparte.
Este es también tiempo de creatividad. De gestación de vida para el Universo, no escondamos esos embarazos maravillosos para este momento histórico. Ni mencionar la posibilidad de abortar vida, la que se nos regala en forma de música, poesía, ideas, sororidad, solidaridad, familia. Y mar y monte preñados de frutos y de vida nueva, gestándose sin plásticos, invitándonos a formar parte del proceso.
Me dan ganas, en este momento, de con nuestra hermana mayor, María de Nazaret, con humildad y orgullo por ser hija de Dios, sin miedo por ello, decir con tantas mujeres y hombres de nuestra historia ¡Hágase!
Magda, sfcc