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Siento en mi piel y aún más adentro que estas podrían ser las palabras que Jesús nos intenta comunicar cuando en los textos evangélicos de Resurrección habla en diferentes momentos de “la otra orilla”, echad la red “al otro lado”.
Mi yo liberado dice: claro, el no-oficial, es decir, el lado que Jesús tomó, y que se nos indica por dentro si estamos a la escucha. No el dictado por…sino ¡el lado del Espíritu!
No voy a repetir que estamos confinados porque igual me dais una torta, es casi imposible que el tema no nos sature y preocupe. Sólo, con naturalidad, deseo acoger esa voz interior que me habla de un paralelo precioso y que aquí os comparto.
Cuando he dado clases de Religión y Retiros a jóvenes, en varios idiomas y culturas, siempre me ha funcionado explicar la resurrección de Jesús, con el precioso proceso del gusano de seda-capullo-mariposa.
Siempre me pareció que obviábamos la etapa “capullo”. Muchos se reirán porque en español castizo tiene múltiples connotaciones, y que bueno si nos reímos un poco estos días, refuerza el sistema inmunológico.
Me refiero a la etapa de confinamiento, que el gusano necesita vivir sí o sí si quiere llegar a ser mariposa: a rozar la perfección a sentirse bella, libre y capaz de volar y de polinizar…
La etapa “capullo o cocoon en Inglés” me recuerda nuestro tiempo de tumba que los cristianos celebramos el Viernes y el Sábado que llamamos Santo.
¿Qué pasa en ese tiempo “capullo” aparentemente muerto, comparable a la tumba de Jesús? ¿Es un tiempo parado, de muerte putrefacta o de algún tipo de hibernación o, por el contrario, como feto en el seno materno, es un tiempo de gestación de la vida?
Tumba de Jesús-capullo-útero-confinamiento. Tiempo en que el reloj corre a otra velocidad. Las horas son más largas y los días son diferentes. Nos acostumbramos pero no nos conformamos.
Estamos más sosegados pero también inquietos. Todo es diferente. Parece que no. Pero sí. “Algo nuevo se esté gestando, ¿no lo notáis?” (Is.43,19)
Si lo miramos desde “el otro lado”, como les indica Jesús a los discípulos desconcertados, no menos que nosotros ahora, podemos percibir que se nos regala un tiempo privilegiado, que posiblemente nunca hubiéramos elegido, de sanación y de regeneración.
Sanación de actitudes destructivas de la vida en todos sus aspectos. No voy a repetir lo que tantos tan bellamente nos indican. Sanación de relaciones, porque en casa, en comunidad o sola siempre vivo “en relación con”, luego no poder evadirme me indica una vía de encuentro, que no puedo obviar.
Y todo depende de qué lado lo mire. Si el de “yo tengo razón, soy la ley” o el del Espíritu: escucha, mira, percibe, empatiza, empezando contigo mismo, y si lo consigues contigo, lo demás será “pan comido”.
Cuando no estamos bien con nosotros mismos, ocupamos mucho espacio: criticamos, nos quejamos, culpabilizamos a otros…pero cuando seguimos la voz del Resucitado y vamos “al otro lado” encontramos la Vida hecha comunidad, desayuno, cercanía, empatía, fuerza para salir de la tumba del ego y dejar que la Ruah la transforme en Utero para la vida del Universo, en todas sus dimensiones.
Este es un tiempo privilegiado donde todo el planeta se está dando un tiempo de “tumba regenerativa” ¿cómo queremos que sea el nuestro?
Se nos regala un tiempo de soñar hasta de qué color queremos nuestras alas de mariposa, es decir, soñar en lo que nunca nos atrevimos, y decíamos que no teníamos tiempo.
Me decía una sobrina ayer, que como mucha gente de su edad,30ss, todo el tema iglesia ni existe en su mapa. Pero, a mí me decía : “ tieta, lo vuestro tiene auge ahora con lo que está ocurriendo…la espiritualidad, el ecofeminismo…os necesitamos, porque todos estamos en búsqueda de nuevos caminos”; decía: nosotros (marido arquitecto, ella diseñadora) buscamos nuevas formas de hábitat en contacto con la tierra, la naturaleza, donde nuestros hijos crezcan en “otro ambiente”. De hecho han alquilado su piso en el centro de Palma y alquilado una casa con jardín donde las niñas están felices, no quieren salir. Dice, la gente volverá a los pueblos, a las casas, a la naturaleza, a la vida en relación tranquila con los vecinos…al campo.
Desde su mirada, me pareció vislumbrar algo de “el otro lado” del que habla Jesús. Una invitación por su parte, que la sentí como de una generación, diciéndonos: os necesitamos y juntos necesitamos volver a la casa, a la tierra, a la vida en comunión y en comunidad. Y me mandó un video casero de unos delfines jugando en la Bahía de Palma, entre los múltiples lujosos yates… Estos últimos parecían cadáveres y ellos, los delfines, alegres y juguetones recuperando espacio y haciendo flipar a los niños y a los menos niños, lo he reenviado a mucha gente.
Desconfinar a los animales y a la vegetación que nuestro ego ha aplastado y metido en tumbas para nosotros extendernos y dominar.
Ahora ellos están volviendo y no nos excluyen, nos empoderan y emplazan a convivir, colaborar, regenerar. Aprovechemos este tiempo de útero, y confiemos en el don de la Vida.
Buen tiempo de Pascua, de confinamiento¿tumba o Útero?
Magda Bennásar Oliver, sfcc