Icono del sitio ESPIRITUALIDAD INTEGRADORA CRISTIANA

DOCE DISCIPULAS Y UNA MADRE CON ALZHEIMER

led light

Anochecía y desde diferentes partes del mundo y de España nos íbamos asomando y pedíamos “ser admitidas”. Aquí no se pregunta por el género, ni la orientación política, sexual …sólo se admite al que quiere oler a evangelio con todas las debilidades humanas.

Carmen iba admitiendo a todas, con ese placer que produce decir sí a las personas que buscan, que sufren, que gozan porque van descubriendo la Vida y desean celebrarla en comunidad. Hay personas que lo online les parece frío, yo no puedo más que agradecer ese medio que nos acerca e interconecta.

A raíz de este blog y de los retiros y cursos que ofrecemos, se está formando una comunidad internacional de laicxs y religiosas de diferentes grupos y comunidades y partidos que conectamos instantáneamente porque lo que nos une es el viejo evangelio que se hace Buena Noticia cuando se vive y se comparte.

Yo me siento en la obligación, esta mañanita, de orar con todxs, desde la pantalla, para contaros lo que la comunidad dijo anoche sobre el evangelio de hoy. Entiendo que ésta es la tarea de la persona que coordina la celebración, y que no hace el de turno, con sus “ideas” repetidas y oxidadas tantas veces. Y silenciamos a la comunidad donde está el Espíritu.

Así no. Entonces ¿cómo?

Estas personas habíamos realizado la semana anterior un curso sobre la Eucaristía, inspirado en el capítulo 6º de Juan, que viene precedido por el 5º. El impacto en algunas personas ha sido importante al ir descubriendo la inmensa profundidad de cada palabra, cada gesto, cada interpretación actualizada por la exégesis y la oración.

Además de esto todas habíamos preparado el Evangelio de hoy. Y así, después de un saludo sentido y saboreado, fuimos compartiendo en igualdad la palabra hecha carne.

Tan hecha carne que la madre de Montse de Catalunya también se asomó, y con la carita propia de las mayores que están en otro registro nos saludó con una sonrisa que nos conectó con tantxs mayores medio aislados por enfermedades mentales que forman parte de nuestro paisaje diario en nuestros hogares. También ella necesitaba “ser admitida”.

El evangelio de hoy viene precedido por la comparación del Reino con una semillita de mostaza. Pero los oyentes y discípulos no han entendido la parábola porque no se esperaban que Jesús hablase de disposiciones interiores, sino de acción exterior. Jesús va enseñando cómo el Reino excluye la ambición de triunfo personal y de esplendor social. Los discípulos, con la ideología del judaísmo en sus venas, no lo entienden porque no han hecho suyo el secreto del Reino.

Y ahí empieza nuestro texto de hoy: “se lo llevaron…aunque otras barcas estaban con él…”. Los discípulos secuestran a Jesús para que no se salga de la ideología de su religión y mentalidad política. Las otras barcas, representan a las personas diferentes.

Esta es la tormenta. Es la lucha por aferrarnos a lo que creemos. Podemos engañarnos porque es novedoso, pero es a esta actitud farisaica a la que Jesús grita “silencio, estáte callado”. Y la tormenta interior cesa, cuando la voz de Jesús, sus categorías, dejan espacio entre nuestros murmullos y deseos de triunfar.

Y Jesús reprocha a los discípulos su miedo, que nace de su falta de adhesión a él, a sus categorías, tan distintas incluso de las de su religión. Y los discípulos sienten miedo del poder de Jesús, porque cuestiona el suyo.

No es la pantalla lo que enfría las relaciones humanas, el compartir profundo, son otras cosas, otros miedos que frenan que se comparta desde dentro para seguir siendo aceptados o tal vez seguir adelante con lo que yo pienso…

Anoche de nuevo se me hizo claro: no es el evangelio lo que está envejecido, somos nosotros con nuestros miedos quienes mantenemos un sistema no sólo eclesial, sino también personal muchas veces a “nuestra medida”.

Jesús abre camino, cruza fronteras, rompe vallas pero choca con una enorme y fuerte muralla: la mía. Si le dejo entrar, veremos en el capítulo siguiente, cómo todo cambiará: el país pagano es esa parte de mí que no se abre al Reino, esa cuenta en el paraíso fiscal, que me garantiza la supervivencia en caso de que todo se hunda. Me refiero a justificaciones interiores, no tanto al dinero. Esos paréntesis en el seguimiento que nos regalamos como homenaje a nuestro esfuerzo, y resulta que Jesús devuelve la paz a todo aquello que es violencia, porque construir murallas de defensa no hace sino crear tensión interior y en las familias y en las comunidades…

Al llegar a la otra orilla Jesús y su cuadrilla se encuentran con otros personajes, entre ellos una piara de cerdos. “La piara” es el poder del dinero. Es el antireino. El dinero, poder, es el rostro del opresor que tiene que someter para ganar. Y podemos someter con la calumnia o con otros poderes, pero la dulce paz que nace del que se deja zarandear para ser liberado, no tiene precio. En “la otra orilla” hay peligros desconocidos, hay situaciones nuevas, pero la naturaleza nos indica que cuando las raíces están sanas hay un enorme sistema de “enganche” interno: es la comunidad que ora y vive el evangelio.

Anoche una persona decía que estaba siendo calumniada y cuestionada por su comunidad religiosa porque pensaba diferente. El precio de esa libertad la hace feliz a pesar del dolor y la decepción.

El evangelio no es fácil, pero es el camino que soluciona todo. Así, compartiendo despacito, como sacerdotes y profetas, anoche, 12 mujeres decíamos que sí a un estilo de vida que nos da la vida y que comunica vida.

¡Feliz Domingo!

Magda Bennásar Oliver, sfcc

Salir de la versión móvil