De ella no se dice que fuera virgen, o mártir…era una mujer que conoció a Jesús, su fuerza le devolvió la dignidad perdida en un oscuro e hipócrita patriarcado, como tantas a lo largo de la historia. Hoy es respetada, admirada y seguida por millones de mujeres en todo el mundo. Podríamos decir que es un Icono de lo que las mujeres somos: llamadas, enviadas, elegidas por el Dios de Jesús y del Universo a ser liberadoras y anunciadoras de la Vida.
Faltan unos días para que celebremos su fiesta y desde nuestra página nos unimos a miles de grupos que también lo celebran con anticipación. En una web internacional nos pidieron una breve reflexión poética. La compartimos:
LA BESÉ
La llamé porque me buscaba en su noche.
La invité porque ella sí escuchaba.
Le devolví su autoridad interior porque ella así me empoderaba.
La llamé mi apóstol porque me amaba.
Dejé todo a su recaudo, su fidelidad había sido probada.
La besé porque conmigo respiraba.
¿Y, tú? Magdala de hoy…
A tí también te amo y dejo todo a tu recaudo.
Contigo respiro y amo y te amo.
Magda Bennásar Oliver