“[El verdadero significado etimológico de las palabras acompañar y compañero provienen del sufijo “con” (derivado en “com”) que significa “junto a” y “pañero” que procede de “pan”. Es decir, el vocablo “compañero” significa dos personas que comparten el mismo pan. Así por ende, si se comparte el mismo pan, se comparte la vida, las conversaciones y los desafíos que la vida nos depare]. Virginia Ruiz, en Un Rayo de Esperanza 12 Septiembre 2016 radioncologa.com
Este tema del acompañamiento que tratamos el sábado 22 de Enero en la formación sobre el discipulado de iguales es un tema que necesita primero de todo llegar a la raíz profunda de lo que significa, quitarnos prejuicios que llevamos incrustados de mucho tiempo y sobre todo poner en práctica para entender la gran riqueza que es “caminar con”.
Ayer, cuando salí a caminar como de costumbre por la tarde, me llamó la atención la manera de andar de dos personas que iban delante de mí: un hombre bastante mayor, y un chico adolescente. Se ve mucho por aquí estos hombres con esta vestimenta que a nosotrxs nos resulta un poco extraña, pantalones claros con una especie de casaca larga también clara al lado de un chaval vestido con la ropa propia de su edad, vaya lo que nosotrxs consideramos normal.
Me puse detrás y les saqué una foto, sin más. Después, mientras caminaba detrás de ellos les fui observando. El abuelo me sugería todo lo que nos sugieren las personas de edad: sabiduría, experiencia, lucha por la supervivencia, sacrificio para dejar que otrxs progresen…Me parecía un hombre trasladado a nuestra cultura fisicamente pero posiblemente con su mente y corazón en el país que dejó atrás, sus constumbres, su cultura, su mundo. Despúes de un rato entendí por qué me llamaba su forma de caminar, llevaba unas deportivas que no le “pegaban” ni con cola a todo su atuendo, pero es la manera como nosotrxs caminamos aquí y lo entendí como símbolo de adaptación a un nuevo mundo en todos los sentidos.
El chico, posiblemente ya nacido aquí, con una generación de por medio, representa la asimilación. Posiblemente hable sin acento, viste, vive se comporta como cualquier adolescente de aquí, y seguramente prefiere que no le identifiquen con la gente de su país de origen.
Pero caminan al lado, a la par, aportando cada uno lo que es y lo que tiene. Seguro que el abuelo no pierde ocasión de transmitir aquello que cree que le puede ayudar al joven a vivir una vida plena, pero también se apoya en él, en su conocimiento de una lengua y una cultura que para él son demasiado extrañas.
El chico camina orgulloso al lado de su abuelo. Es el eslabón que une dos mundos muy diferentes y sabe reconocer en él algo que no encuentra a su alrededor ni en sus amigos y compañeros.
Hacer camino con otrxs y dejarnos enriquecer a la vez que enriquecemos…Nos decían el domingo: “Los seglares no estamos acostumbrados al acompañamiento”. ¿No será que se ha entendido más bien como dirección, es decir, que alguien te dice lo que tendrías que hacer?
Sólo desde el desconocimiento se entiende que una persona que se toma en serio el seguimiento de Jesús no quiera ser acompañada. Otra cosa es que el orgullo no me permita darme a conocer y aceptar las sugerencias de alguien que me ve desde fuera, y que con delicadeza y cariño me hace de espejo.
Acompañar es partir con otrxs el pan. Ese pan que cada día nos alimenta y nos da fuerza para seguir el camino. Ese pan que para nosotrxs es el silencio y la Palabra, la naturaleza, el encuentro con lxs compañerxs de trabajo, con la familia, con lxs necesitadxs… Al partirlo y compartirlo nos retroalimenta, y por eso salimos a los caminos cada día con energía renovada, creyendo que eso que yo pongo, sea poco o mucho ayuda a la marcha de aquello en lo que me siento llamadx a colaborar.
Llamadxs a caminar atentamente…
Carmen Notario, SFCC