En un lugar de la Alcarria, entre robledales y fuentes, emerge con discreta elegancia Fuentes de la Alcarria. Una pedanía de Brihuega (Guadalajara) donde se nos convoca a una experiencia de naturaleza y belleza y salud, en un lugar de aire puro y de fuentes que alimentan el río Ungría.
Todo perfumado por la lavanda, de increíble belleza, imposible de explicar, que allí crece, para relajar a toda persona cansada de una vida ajetreada, sin sentido o demasiado activa. Allí, como la mujer de Betania que rompe su frasco, huele a la fragancia del Espíritu.
Fue el silencio lo que me convenció del todo. La casa un regalo, a punto de entrar, pero ese silencio sonoro, de nuestro hermano Juan de la Cruz, que se escucha ahí, nada más llegar, y sobre todo afuera …tenía que ser nuestra Ruah, el Espíritu de Jesús recién resucitado, en este año de gracia, en que los sueños se tocan.
Para los que gustáis de anécdotas os lo cuento tal como ocurrió. Salí a dar un paseo por la orilla del mar el domingo de ramos al atardecer. Justo pasando cerca de un montón de gente disfrutando del atardecer suena mi móvil. ¿Eres Magda? Soy…que con una amiga, os queremos donar una casa en las afueras de Madrid, para vuestra Comunidad de Magdala.
Glup! No daba crédito, así sin más…Ellas siguen nuestro blog hace tiempo, y últimamente leyeron algo al respecto. Y ambas, en sus casas, parece que lo leyeron a la vez y pensaron-sintieron lo mismo: nosotras ya no la necesitamos, ellas sí.
Esas mujeres, con otras amigas, ¿beguinas del siglo XXI?, compraron varias casas en este pueblo del silencio y los robles y las fuentes…y cientos de personas realizaron allí cursos, retiros, encuentros…y ahora, con la naturalidad de las sabias y santas, nos pasan el testigo.
Y nosotras estamos en shock del alma. Nos lo creemos porque lo hemos visto y tocado, pero necesitamos del Resucitado para comprender que esta es la manera- algo así como nuestra aparición del Resucitado- en que nos confirma que sigamos adelante.
Nosotras decíamos: cuando tengamos comunidad saldrá la casa. Y antes de un año en que se constituyó la comunidad de Magdala, en Agosto del año pasado, y después de comprobar que la gente se siente llamada, invitada, empoderada…llega el Espíritu y nos lo confirma, regalándonos un espacio impecable, femenino, para entrar a vivir, en ese pueblo de la España vaciada.
Interesante que cerca hay otros dos centros importantes, en la misma Brihuega: el Zendo de Ana María Schluter y una comunidad Hare Krishna.
¿Qué energía tendrá ese lugar para atraer a tanta gente buscadora de ese silencio habitado y de comunidad?
Yo la sentí al llegar. Doy fe. Y también Carmen y otras compañeras que la visitamos con expectación y reverencia.
“La Roca” así se llama la casa porque está construida sobre Roca, es todo un signo de la fortaleza que la vida cimentada en Èl nos proporciona y también, interpretando textos, como dicen algunxs exégetas, tal vez fue a María Magdalena y no a Pedro (¿?) a quien Jesús dejó al frente de su comunidad. “Y sobre esta Roca…” la comunidad de Magdala, que la tenemos por patrona y hermana mayor, oraremos y compartiremos con todx persona buscadora el regalo que no sabemos todavía ni cómo llamarlo.
Si lo pronunciamos, de alguna manera lo encasillamos, luego, lo dejamos abierto; es el regalo de unas mujeres que delegan en otras lo que atesoraron sus corazones, así se sigue la cadena de comunidad cristiana, no hay eslabones perdidos, en un lugar de la Mancha, sigue habiendo gente soñadora y enamorada de la vida, que os invita a compartirla, en ese silencio preñado de vida y callado.
Gracias hermanas, gracias Ruah, gracias Comunidad de Magdala y todas las personas que nos acompañáis.
Por si alguien lo duda, nosotras afirmamos que los sueños se hacen realidad, cuando sabemos esperar lo suficiente para comprender que no es nuestro esfuerzo sino el Don, que como no, vino de nuevo del corazón generoso de mujeres que vieron al Resucitado y siguen en Galilea, compartiendo vida y bienes.
Y un último apunte. A lo largo de la Pascua me ha impactado varias veces, en los textos, la frase “Jesús rompió con la institución”…y así creando un grupo un tanto informal, nos llegó el evangelio. Nosotras hemos intentado hacer comunidad con la institución, ofrecer nuestro carisma…y no había sitio, por motivos inexistentes, pero cuando dijimos de hecho, echemos la red al otro lado de la barca, al poquísimo tiempo, empezamos a ver signos de que es así.
Siempre amando la comunidad cristiana, obedeciendo: escuchando al Espíritu, seguiremos siendo Hermanxs Para la Comunidad Cristiana, no para una institución mortecina, que tantas veces prefiere morir a dejar paso, porque eso es lo que ocurre con el papel que el Espíritu nos inspira a las mujeres en la iglesia, y resulta que como Jesús, tenemos que buscar otras orillas, para continuar siendo iglesia y comunidad cristiana utilizando nuestros dones y talentos.
Os invitamos pronto a la Roca.
Feliz Tiempo Pascual de Espiritualidad Integradora Cristiana.