Hay una palabra que me envuelve estos días, y me vuelve y vuelve…es como una melodía discreta que apacigua y serena cualquier tensión, esa gran invitación es hermano Silencio.
Iniciar la Semana Santa desde el silencio interior de barullos y palabras y actividades no imprescindibles para de puntillas acercarnos a ese lugar donde hemos sido convocadas.
Hay dos grandes amantes que nos guiarán estos días hacia nuestro Éxodo-Paso: Madre Tierra y el Evangelio de Juan.
Hay que recuperar la conversación con los ríos, con los animales y los árboles…estos tiempos de encuentro con ese gran libro de la Creación, de la Naturaleza nos trasladan a otra dimensión. Nos conectan con otro registro. Desde el Silencio.
Vamos a escuchar, estos días, las personas que participamos de la Pascua en la Naturaleza, a grandes autores como el Océano, el Bosque, el Río, la Tierra baldía, el Desierto, el Fuego… y el Evangelio.
Estamos rodeados por un mundo que habla pero nos cuesta oír y más escuchar. Formamos parte de una comunidad sumamente sofisticada que mantiene una importante y continua intercomunicación y conversación entre las diferentes especies, hábitats… pero nosotrxs obviamos nuestro rol en ella.
La gente que ha cambiado la historia han sido personas que como Jesús se han sumergido en la naturaleza para convivir en ella, para establecer lazos, para escucharla, para dejarse sanar y recuperar y también iluminar, desde el Silencio, para seguir el trayecto que nos falta para completar nuestro camino.
La vida en la naturaleza es la misma vida nuestra y la misma vida de Dios. Su sabiduría, belleza, sus procesos, todo es indescriptible, inabarcable. Una compañera de comunidad de US nos ha mandado un audio de una corriente muy innovadora allí .Está analizando con biólogos y geólogos …junto con arquitectos e ingenieros, constructores… diferentes hábitats en la naturaleza para aprender de ella y copiar (que luego los humanos llaman inventar, descubrir desde el ego) los modos, los patrones de estructura interna, equilibrada, de la naturaleza. ¿Cómo construyen sus nidos, sus madrigueras, sus corales, sus colmenas? ¿Cómo elabora la araña su tela?
¿Cómo sería un mundo sin abejas? Por ahí viene el futuro, para deconstruir las ciudades que están causando estilos de vida enfermantes y enervantes, con edificios donde no hay armonía con el medio, donde en lugar de escuchar a los pájaros o ríos escuchamos a otros vecinos nerviosos o ruidosos con sus músicas o el tráfico que llega a formar parte de nuestro continuo oír y nos ensordece…
En la naturaleza hay equilibrio y una intrincada sabiduría que hace que todo parezca familiar y sencillo. Así es Dios, así es hermano Silencio. Y así somos nosotros los humanos. Porque en esa creación maravillosa todo sigue unos mismos patrones, diseñados por y para el amor.
Y, de la mano de la discípula, iniciamos esta Semana Santa preparando nuestro ser para la inmersión en las profundas aguas del Triduo.
Todo está a punto, todo preparado, vamos a celebrar esta Pascua, este Paso de la mediocridad a la Vida.
Oramos, en silencio, por la Paz. Que paren los conflictos a tiempo, antes de mayores escaladas por falta de silencio en países, comunidades, familias…
Shalom
Espiritualidad Integradora
Es el silencio sonoro. La melodía de la vida, del cosmos, … Es lo que resuena dentro de nosotras cuando hacemos silencio, exterior ( de todo el ruido que nos envuelve…,de las palabras vacías…) y aún más difícil , el interior, de los ruidos de la mente siempre poniendo cortapisas…
El silencio meditativo nos unifica, nos conduce a la verdad de lo más profundo de nuestro ser.
Una muy buena actitud para comenzar el apasionante camino de la Semana Santa.
Gracias.