PASCUA EN LA FRAGILIDAD
Desde hace dos años ,soy crisálida.
Vivo envuelta en un tejido compacto y sedoso que me protege y abraza.No veo, no me alimento, no me muevo. Aguardo confiada y en quietud.
El silencio que me habita es elocuente, puede intuir, saber, saborear lo que me rodea y desde ahí, desde este hogar, he vivido este año una especial semana santa.
Comenzó este tiempo litúrgico con mi corazón dolorido, con latidos desacompasados ,rápidos ,asfixiantes ,como si me faltaran el espacio las fuerzas para seguir tejiendo el envoltorio de la Muerte y la Vida en las que me hallo.
Una amiga querida, conocedora de mi momento me sugirió compartir la Pascua con la comunidad de espiritualidad integradora cristiana acompañada por Magda Bennássar y Carmen Notario. No lo dudé.
Pronto la fragilidad, la impermanencia ,la vulnerabilidad, se hicieron presentes en mi día a día, desde el domingo de ramos en dónde comenzaron las visitas al hospital y largas noches de arritmias.
Al calor de una vela y desde esa bendita y tenue luz, he ido escuchando las voces de Magda y Carmen y atravesándolas, como canales de agua fresca,para adentrarme en el Silencio humilde y sublime en donde el dolor y el gozo se hermanan en equilibrada balanza sostenida por la firmeza de la mano de Dios.
Él , que me llevó al desierto y le habló directo a mi débil corazón, en mitad de esa oscura noche me ha hecho eternamente amada y preparada para el vuelo nupcial.
Limpiando hebras de pensamientos y miedos, el sábado santo dejé de girar y comenzó la limpieza de la puerta de entrada y salida de la Luz. Mi ser volaba libre y para siempre. Se obró por gracia la metamorfosis y la resurrección se hizo mariposa.
Agradecida por tanto amor compartido en la espiral sagrada de este sencillo cesto de esparto y nutridas por el calor del sol, elevamos juntas el gozoso vuelo .
Mientras ,ante el asombro de una nueva primavera, se escuchaba la voz de Isaías , que atento al parto susurraba una vez más……¡No temas gusano, crisálida de Jacob, que yo te ayudaré!.
Marian Sánchez (Murcia)

Hoy no es un día cualquiera…
Hoy es un día de Amor, Alegría y Bendición pues el Señor Resucitó!!!
Por eso hoy quiero agradecer de manera muy especial a cada unx por su sensibilidad
y responder al llamado de las hermanas para poder colaborarme desde sus posibilidades.
Ese sueño se hace realidad gracias a su solidaridad hoy tenemos un carrito.
Las palabras a veces no alcanzan para nombrar y agradecer todo aquello que desde la fe
vemos como regalo y don de la Divinidad.
No sé si lo merezca o no, lo que sí sé es que este vehículo es una gran bendición no sólo
para mí, sino para las personas y grupos que acompaño.
Que Dios multiplique sus bienes. Reciban las oraciones no sólo mías sino de las personas
que acompaño y agradecen este gesto de bendición para conmigo
Su hermana Patricia de Jesús Torres Hernandez, Comunidad de Magdala, Veracruz, México

Triduo Pascual en una parroquia del Este de EEUU
Mi parroquia es multilingüe y multicultural. Las celebraciones principales suelen hacerse sólo en inglés y español.
Me gusta mucho participar en el Triduo Pascual y cada celebración es única y duran lo que deban durar: de 2 a 3 horas, dependiendo.
Uno de los aspectos que más me tocan del Jueves Santo es el lavatorio de los pies. Cada año se nos invitan a todos los que deseemos a pasar para que nos lavemos los pies unos a otros.
Este año, cuando me acerqué a que me lavaran los pies, me tocó una señora joven. Cuando terminó de lavármelos, nos abrazamos. Yo pensé que a mi me tocaría lavárselos a ella, pero ella se fue (no vi cuando ya se los habían lavado)
Me hinqué, tomé la jarra con agua y volteé a ver a la persona, oh sorpresa: ¡¡era una niña!!
Cuando empezó a caer el agua sobre sus piececitos, le escuché algo que no sé cómo describirlo, cómo de asombro y de gozo – el agua estaba calientita. Ambas nos sonreímos. Le sequé los piececitos y nos abrazamos.
Durante el retiro de Pascua me acordé de esta experiencia y de cómo Dios se vale de todo para seguir sanando mi niña interior, amándome, llamándome.
¿Qué pasó? Se ritualizó todo un proceso de transformación que continúa. Transformación en y desde el amor profundo.
Rosa María Eubanks