RESPIRANDO LA RUAH CON LOS CABALLOS

Foto: Mª Dolores García con Faraón en la sierra de Ronda

En esta cuenta atrás para la celebración de nuestra María Magdalena, esa mujer apasionada, loca de amor por el Señor, comparto con vosotr@s mi experiencia cotidiana de oración silenciosa acompañada de estos preciosísimos animales que son los caballos.

Como Magdalena, yo también amo la soledad y el silencio porque siento en lo más profundo de mi ser que me unen al Amado. Y Él me ha regalado un trabajo que me ayuda a cuidar esa relación personal y única que me vincula al Señor en y desde mi interior más íntimo.

Parte de ese trabajo transcurre junto a los caballos que Arunda Silente, la Asociación para la que trabajo, ha querido dedicar al apoyo del camino que nos adentra en el silencio y que es el eje de las actividades y encuentros que proponemos.

Junto a estos caballos magníficos, en un entorno privilegiado habitado por encinas centenarias, quejigos, alcornoques y olivos en la Serranía de Ronda, la Ruah se hace presente de un modo muy significativo para mí en el aire que respiro. Sí!!! Respiro con estos caballos haciéndome consciente de la respiración… Así va penetrando en mi interior una certeza que ya está en mí, en cada un@ de nosotr@s: hay otro Aire en el aire que sostiene nuestra vida; ese Aire es la Vida viviéndose en mí.

Cuando la Ruah hace que uno de estos caballos se acerque a mí de una manera que ya sé reconocer, tomo su preciosa cabeza entre mis manos y acerco mi nariz a la suya acompasando el ritmo vital de la respiración que nos une. En esos momentos me voy arraigando en una verdad a la vez consoladora y nutritiva: soy una con todos los seres que me rodean porque todos respiramos el mismo aire. Ese aire que es portador de la Ruah; la misma Ruah que impulsó los pasos de María de Magdala en pos del Maestro y que la sostuvo en su seguimiento haciendo de ella una fiel discípula. Esa misma Ruah que nos ha convocado a ti y a mí para hacernos seguidoras de Jesús hoy y ahora.

María Dolores García Giménez

Un comentario en “RESPIRANDO LA RUAH CON LOS CABALLOS

  1. El aliento, el aire que respiramos , es el mismo para todos. Es el mismo aliento divino que permea todo y nos envuelve a todos, que nos da la vida.
    ¡Qué bien lo expresas , María Dolores!. Y, que privilegio poderlo vivir como lo vives, en ese trabajo tuyo tan especial.
    Yo creo que los animales nos entienden , y de , alguna forma, se comunican con nosotros. Tu lo experimentas cada día, con esos animales tan nobles que son los caballos.
    Sentirte una con todo y con todos. A veces el trabajo te hace olvidar ésto, pero tu lo sientes con el tuyo.
    Gracias por compartirlo. Un abrazo.
    Pilar de C. M.

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