GETTY IMAGES Pie de foto, Miles de venezolanos han estado ingresando cada mes a EE.UU. a través de la frontera con México
Desde un pueblo de Mexico
María, amiga nuestra y meditadora de años, nos envía un largo escrito que termina diciendo, ” no sé cómo poner en palabras lo que María de Magdala mueve dentro de mí. Ella me da la fuerza para seguir en este camino de vida con todos sus matices.”
Y le preguntamos al texto de María cuales son algunos de estos matices. Y desde lo enviado María nos responde:
“Antes de la pandemia iba a otro municipio, a una hora de mi casa, a la casa del migrante. Allí se prepara comida, se les proporciona ropa y pueden hacer una llamada a su familia.
A mí me gustaba ayudar en la cocina. A veces estaba con ellos al llamar a sus familias, pero terminaba llorando al escuchar que les decían a la familia que estaban bien y en realidad estaban heridos, sin zapatos, tristes…yo me derrumbaba ante tanto sufrimiento, por eso prefería estar en la cocina.
Por el pueblo donde vivo pasaban las caravanas de migrantes. Estuve en la autopista durante su paso, les dimos agua, tortas, algunos medicamentos como paracetamol.
Iban todos caminando, y si se paraba un tráiler, se subían hasta no caber ni un alma más. Y los trailers que habían recogido migrantes iban más lentos y así les podíamos aventar, desde la vía, agua, comida…
Además de ayudar en lo que puedo, María de Magdala me ayuda a ayudar en casa, con mi hermana y su hijo con discapacidad. Esa discapacidad está causada por no haberla podido atender adecuadamente al nacer sietemesina; mis padres no tenían recursos para ayuda médica. Desde su humilde y vulnerable situación fue fácil que abusaran de ella un día al salir de misa. Así nació su hijo, también con discapacidad.
Cuido de mi mamá mayor y enferma. Y desde hace un tiempo conocí a una señora cuyo hijo también con discapacidad iba a la misma escuela que iba mi sobrino. Este chico por su necesidad de conseguir su pan de cada día se fue a trabajar a un parque industrial sobre la autopista México- Querétaro. Tenía diez días desaparecido y el viernes lo encontraron.
Hoy me voy a dar a la tarea de preguntar a conocidos si le pueden dar trabajo, para que no tenga que ir más a ese parque y dejen de explotarlo y de humillarlo por su discapacidad.
Dentro de todas esas circunstancias y mucho más, que no quiero cansar, deseo imaginar a María de Magdala, como discípula de Jesús hoy, diciendo “dichosos los oprimidos”. Porque cuando eres oprimid@ se te desgarra el corazón ante la incertidumbre de dónde está tu hijo, y de qué le estará pasando. Yo admiro la fortaleza de esta señora, la mamá de este muchacho, su vida parece irreal con todo lo que le está pasando.”
Estoy, desde la página, entresacando de la gran cantidad de material que María nos ha enviado. Y deseo compartir algo que nos contó un día de invierno, cuando se disculpó por no llegar a la meditación de los martes porque había ido a consolar a una vecina que había sido atacada por unos hombres que entraron en su casita y le arrebataron el bebé de sus brazos. Posiblemente para venta de órganos o sangre para los ricos… A día de hoy, y van varios meses, la señora no ha sabido nada de su pequeño. Sigue con su dolor, sola, y esperando como la madre del hijo pródigo, que un día aparezca por su casa, llamando a la puerta y abrazando el corazón desgarrado de su joven madre.
Descubrir vidas ocultas entre el dolor y los más olvidados nos hace salir de la cueva de la comodidad y como María de México y María de Magdala, pasar por el corazón personas que si “salimos afuera” veremos y oiremos su gemido tenue, como la presencia de Dios que no invade pero que está.
La presencia de los pobres nos lo recuerda. María de México, nos lo recuerda porque tiene muy bien atadas las sandalias de María de Magdala, también ella recorriendo calles y caminos buscando a su amado en el rostro del leproso, del paralítico de las viudas abandonadas por los ricos y bien engordados sacerdotes del templo, que exigían animales como sacrificio para que se perdonaran sus pecados, y ellos, con buenos vinos de las viñas mediterráneas, engullían sin escrúpulos.
Seremos también hoy las mujeres, casi siempre anónimas, casi siempre en los márgenes las que acompañaremos a la humanidad sufriente.
Agradecemos a María su valentía. Su ser discípula amada, así, desde esa intemperie no buscada. Ma´s bien esa intemperie que la busca a ella y a nosotr@s si no silenciamos la voz interior que nos invita a mirar, acompañar, escuchar, amar con el latido de las Marías que siempre, siempre están a los pies de la cruz, desclavando los cuerpos rotos y llamando a puertas de amigos y conocidos para hacer un hueco al Cristo migrante de hoy. Hoy que las políticas que van ganando terreno en los países de Occidente son aquellas que demonizan a los más pobres, sobre todo a los migrantes y refugiados.
Que Cristo Resucitado nos ayude a girar la cabeza para que le reconozcamos.
María de México y comentado por Espiritualidad Integradora.
Me defino como una persona buscadora de Dios, y de diferentes maneras Dios me ha ido buscando según las etapas de mi vida y la evolución de mi mente. He de reconocer que la figura de María de Magdala, con sus vivencias y experiencias, es quien me sirve de espejo para identificarme como seguidora de Jesús hoy, y su mismo Espíritu me ha llevado a formar parte de esta comunidad.
Mi tarea actual:
- Trabajos del hogar, realizados con una buena dosis de creatividad, especialmente los de la cocina, ya que los alimentos que en cada zona nos da la Madre Tierra, hay que diversificarlos en platos variados para que no resulten monótonos, sea una alimentación equilibrada, saludable y sostenible. Mientras realizo esta actividad voy rumiando la Palabra, el mensaje que, al inicio del día en la oración, me ha tocado más.
- Aportar el toque femenino de orden y equilibrio en la familia (Originario de la Ruah)
- Estar atenta a las necesidades de mi entorno social: aproximándome, acompañando, acogiendo, colaborando… Quiero destacar la importancia de acercarnos a consumir en las pequeñas empresas autónomas, es una forma eficiente de generar sostenibilidad social y laboral. Y percibo que suele ser el lugar donde el poder adquisitivo más practica la austeridad.
Todos tenemos granitos de arena para ir creando espacios saludables, si los vamos aportando y conexionando se irá expandiendo el Reino de Dios.
Un abrazo a todxs ¡Shalom!
Toñi Noblejas Fernández