Mi Camino hacia Santiago

Símbolo camino de Santiago

Este verano, después del largo confinamiento cuya experiencia ya os compartí, necesitaba caminar para dialogar con la naturaleza, con otros peregrinos, conmigo, para orar caminando y disfrutando de los paisajes y pueblos a lo largo del Camino. Así que aproveché la oportunidad de hacer un tramo del Camino de Santiago, de Roncesvalles a Logroño.

Ya tenía experiencia del Camino, ya que en otras dos ocasiones había hecho el camino desde Piedrafita del Cebreiro (Lugo) hasta Santiago de Compostela y en otra ocasión desde Santiago de Compostela hasta Fisterra (el fin de la Tierra); ¡precioso! permitid que os lo recomiende.

Las jornadas del camino (etapas) están distribuidas de tal forma que se pueden hacer durante un día caminando;pero si necesitas más tiempo, empleas dos días, de tal forma que aunque no seas un andarín habitual siempre lo puedes hacer.

Lo interesante del Camino no sólo es el ejercicio físico que haces visitando los lugares donde antiguamente se alojaban los peregrinos que iban a visitar la tumba del apóstol, ni tampoco los paisajes y pueblos que te encuentras, que son muy interesantes y pintorescos y te trasladan siglos atrás pudiendo imaginar las condiciones de los peregrinos de otras épocas. También, es muy interesante a nivel cultural pudiendo disfrutar del Románico y del Gótico primitivo en iglesias y catedrales, conventos, hospitales …

Pero lo más genuino del camino son los tiempos que tienes de reflexión y de oración, cobijados en la hermosa naturaleza que te acoge en cada etapa. Tiempo de tranquilidad, de paz, de oración; de sentirte tú también apóstol, de dar gracias al Padre- Madre creador.

Me resultan muy hermosas las conversaciones entre peregrinos, que además de desearnos “buen camino”, con algunos hablamos sin las etiquetas que tenemos a diario ya que en el camino todos somos iguales. Este año tenía de particular que había muy pocos peregrinos extranjeros (debido a la situación COVID) por lo cual las típicas preguntas de de dónde eres y hablar de sus países no se dieron. Después de un somera presentación ya nos poníamos a hablar sobre el Camino: ¿por qué lo hacíamos? ¿qué esperábamos? ¿ nos gustaba la experiencia ?

Después, siempre comentábamos que no era sólo la naturaleza y el caminar, sino el pensar, el dedicarte tiempo a estar contigo. Curioso, en nuestro día a día también tenemos tiempo, pero no nos lo dedicamos. Y sobretodo la necesidad que tenemos (más la gente más joven; ya resulta llamativo) de tener un sentido espiritual fuerte, que nos alimente, que nos sirva de apoyo y de guía.

Mucha gente durante el camino, me confesaba que buscaba; unos se apoyan en el yoga, en el mindfulness , en grupos de meditación oriental… sin embargo no están satisfechos, buscan más.

Yo les hablaba de mi experiencia con SFCC. Su primera reacción era de sorpresa, no sabían que hubiese grupos cristianos en esta línea: ecuménicos y basados en la revolución del concilio Vaticano ll.

Se lo explicaba; también muchos católicos convencidos insistían en que para ellos lo principal era ir a Misa y que el sacerdote les explicase las lecturas o el Evangelio; no se habían ni siquiera propuesto pensar por ellos mismos y a reflexionar a la luz de la Palabra.

Yo me sentía empoderada explicándoles mi experiencia en SFCC, a la vez que daba gracias por tenerla. A alguno les dí nuestro enlace web; quien sabe si hay alguna vocación oculta. Yo les trasmití mi alegría y ellos compartieron sus deseos de peregrinar conmigo.

Sí, muy enriquecedor de forma mutua. Escuchar sirve para poder compartir el camino, la vida.

Me he sentido feliz por poder llevaros en mi mochila (a los miembros de SFCC que hacemos comunidad aquí en España, y a toda la comunidad Internacional SFCC) por la vida que nos proponeis y la fuerza que me trasmitís. Ojalá también la puedan disfrutar muchos más.

Por eso, a seguir día a día en nuestros lugares trasmitiendo la Palabra y os animo a hacer algún año el camino de Santiago, o un trocito como os he contado.

Lidia Casado, SFCC España.

Médico de Familia en Madrid

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