Durante la noche del sábado al domingo, estando en la casa de retiros de Haro en la Rioja, medio durmiendo medio en vigilia, nos ha llegado la riqueza de color y vida que veis en los videos que nos llegan de Filipinas.

El sabor a evangelio, mientras rumiamos y oramos el evangelio de Marcos: Jesús en su desierto y en el nuestro acompañándonos…hoy lunes, ya más relajadas abrimos los vídeos y nos quedamos embelesadas y enganchadas.

¡Como engancha la belleza, la sencillez de la gente, los frutos de la tierra trabajada, cuidada…nos dan envidia nuestras hermanas, pero asumimos que nuestro desierto está aquí, en una España difícil pero al fin y al cabo, aquí nos envían a sembrar y cosechar.

El retiro ha sido una experiencia muy hermosa de gozo y dolor por la guerra metida en las entrañas; por las guerras que tienen menos publicidad y que van drenando a países y familias de sus pocos alimentos y posibilidades de vida digna y de futuro.

Nos unimos a todxs en una oración universal por la Paz. Y mientras oramos, saboreamos el fruto de nuestro pequeño o gran donativo por la causa de Filipinas después de la devastación del Tifón. En total a día de hoy les hemos podido enviar 5.360€. A las hermanas les dijimos que posiblemente no habría más, y se ve que el Espíritu nos sigue removiendo las entrañas de misericordia porque en el retiro una mujer abrió un nuevo sobre con 200€. Este seguirá abierto hasta que las hermanas nos digan que les mandemos lo que haya porque tengan que hacer algún pago o compra.

El primer vídeo nos muestra la plantación actual, el segundo lo que cosechaban antes del Tifón y que aspiran a seguir cosechando. El tercero las semillas rescatadas después del Tifón y que pueden plantar ahora. Y el último el agradecimiento a los jóvenes por sus esfuerzos tanto en los estudios como en la plantación, como podemos apreciar. Lo importante del último es que los reconocimientos se hacen en el salón que nuestros donativos han hecho posible reconstruir.

Decir gracias se queda frío. Os invitamos a entrar en esa tierra fértil, sentir que la tocamos con las manos, a visualizar las semillas y los frutos que nos esperan a todxs ,después de asumir nuestros desiertos y nuestros tifones…y dejarnos ayudar y acompañar en la reconstrucción y en la siembra y cosecha y el disfrute de la fertilidad del regalo de una tierra rica y muy vulnerable, como la nuestra interior.

El desierto, el tifón, la prueba no son más que llamadas de la Tierra, espacios vivos donde Jesús nos enseña a sobrevivir saliendo reforzadxs, como nosotrxs después del retiro compartido y entrañable y como nuestrxs hermanxs en Filipinas después de ver todo arrasado y que gracias a nuestro esfuerzo generoso ven ya el milagro de la vida.

Una lección preciosa de comunidad y de compartir bienes. Gracias por ser “ángeles” en ese escenario que estamos compartiendo.

Disfrutad de vuestra contemplación de estos vídeos y tenéis móviles y medios para compartir vuestras experiencias, si queréis, de dejaros rodear por el fruto del trabajo de los pobres en una tierra rica que con un pelín de lo que nos sobra, pueden hacer auténticos milagros.



Un comentario en «DESDE FILIPINAS»

  1. Gracias por compartir tan bella experiencia, un trabajo hermoso que tienen las hermanas en compromiso con la casa común y una gran enseñanza para los jóvenes aprender a cuidar y trabajar la tierra. Se ve el trabajo comunitario, compromiso, alegría del compartir y el Evangelio que está hecho vida en cada una de sus acciones mi admiración y cariño para cada une desde esta América del Sur

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