Es con estupor y dolor que recibimos la noticia del asesinato de este hombre de bien, defensor de los derechos de madre tierra.

Es el botón de muestra de la gran lucha por seguir dominando y explotando. Y Juan no es el único, ni será el último, desgraciadamente.

En este mes de la Creación en que tan poco vemos de cambio en nuestros estilos de vida occidentales, nos queremos unir al grito de Juan por salvar nuestro planeta. Este grito le costó la vida hace unos días en su país.

Gracias Juan por tu valentía y coherencia de vida. Serás recordado como un santo de la Tierra.