UN CHAT ¿SAGRADO?

foto nuestra

Hay cosas que parecen un error, pero si sigues tu musa, te sorprendes, e incluso te puedes dar cuenta de que la idea no era tuya, te la comunicaron por dentro.

Esa es la historia de un chat que empezó con mal pie, y empezamos de nuevo. Nace alrededor de un espacio de compartir online la Palabra y la Vida a lo largo de los últimos meses y también fruto de compartires sinceros de retiros y cursos ofrecidos este último año desde espiritualidad integradora…

No se aceptan youtubes, ni stickers, ni sermoncetes en bote, reenviados y cansones…se acepta todo lo que es propio, humano y evangélico, personal y del planeta.

Ayer se lanzó la pregunta, por mantenernos conectados: “¿qué es sagrado para tí?”, y no tengo palabras para agradecer la belleza, sencillez y profundidad con que las 17 personas que estamos hemos ido compartiendo. Desde diferentes países y desde la mamá de cuatro hijos, a la de dos, y a la de tres, al ingeniero agrónomo, a las profes varias, a las que están con sus madres y padres mayores estos días, a las religiosas menos convencionales y luchadoras…a las teólogas y a las mujeres contemplativas natas desde su hogar y su jardín y sus luchas…¡una pasada!

Algo así debió ser lo de Moisés, de la primera lectura de hoy. El hombre curioso por aquella zarza en llamas…esta soy yo, curiosísima por todo lo que el planeta pasando por el corazón humano, tiene de fuego del Espíritu.

¡Cuánta belleza! ¿Cuantas personas místicas sin saberlo, sin valorar siquiera este don de la Ruah a su vida! Místicas porque como dice el maestro y místico T. de Chardin :

El verdadero místico no está nunca desplazado de su tiempo, sino que es alguien animado por un desaforado amor por el Todo. Su experiencia del misterio ocurre en el corazón de la realidad, en atención continua a las pequeñas señales de lo cotidiano, en un intento incesante para adentrarse cada vez más en su espesura.”

Esta frase se tiene que leer varias veces, lo comprendo, pero hay tiempo, hay ganas, no estamos saturadxs, está todo en la mente. Selecionamos lo que queremos leer y acogemos la invitación hecha a Moisés (Exodo 3, 1-12).

“Descálzate pues el sitio que pisas es terreno sagrado”: escuchado con oídos y corazón de hoy, tiene un peso específico inabarcable. El terreno, la tierra que pisas, es sagrada. Esto nos decían los nativos, cuando los Europeos llegamos a sus tierras de norte a sur de América, y arrasamos con lo sagrado y bello de unas culturas y creencias que si las tuviéramos hoy, no tendríamos los innumerables problemas gravísimos que asolan al planeta y a lxs humanxs.

Pero podemos retomarlo, de la mano de los humildes, de la mano de personas sabias y profundas, las personas místicas de hoy, que nos indican donde está la zarza ardiendo y también, lo que tenemos que quitarnos-las sandalias- símbolo de propiedades que no compartimos, desde lo material a los múltiples talentos no desarrollados para el Reino de justicia con Todo.

Y la segunda parte sin la cual no hay experiencia auténtica del Dios de Jesús, es que le envía a faraón a liberar a los esclavizados. Así es, orar no es centrarse, es escuchar y realizar ese discernimiento que se hace rápido cuando el fuego dejó de arder fuera para arder dentro.

Faraón, símbolo de poder: dinero, influencia, poder moral. Puede ser lo que llamamos el patriarcado con sus garras metidas hasta las entrañas en tantas situaciones todavía. Pero también puede ser mi ego, autoengañado por un falso silencio que adormece mis entrañas. No, el fuego del Espíritu no adormece, ni relaja, da la paz de los invitados a ser David frente al Goliat de las fuerzas que no son evangélicas.

Y es a gente humilde a quien el Espíritu convoca. Moisés era un pastor en mitad de un desierto, un huído de la justicia por hacer justicia…cuántos de nosotrxs podemos identificarnos con esta pobreza existencial, y con esa curiosidad por el fuego de Dios.

No hay experiencia seria sin enfrentar el faraón que nos domina a veces: el miedo que nos culpabiliza a través de un interiorizado patriarcado: curas, obispos, maridos, señoras y señores que nos dicen donde está la verdad, y nos denuncian cuando no seguimos sus creencias…el patriarcado puede estar en tu cocina, en tu alcoba, en tu iglesia, en tu corazón. Hay que enfrentarlo, con la fuerza de Dios.

¿Por qué? Porque el objetivo no es derribar a faraón, sino liberar todo lo esclavizado: actitudes interiorizadas en personas que al no tener una experiencia mística, según describe T. de Chardin y tantas otras, no saben como salir. Pero tú y yo sí. Este es el envío de Dios al Moisés de nuestro corazón. Su nombre significa “sacado de las aguas”, liberado de faraón por una mujer que le desobedece y gracias a esa obediencia a su conciencia tenemos un esquema diáfano de historia de salvación.

Este es un tiempo de una creatividad imprescindible para la vida y para la Vida, que es la misma. Y todo empieza en pequeños grupos, como el cristianismo primitivo o como esta plantación de posidonia en la bahía de Pollensa, Mallorca, que está regenerando esta valiosísima alga imprescindible para la salud del océano: temperatura, acidez…sin la que el planeta se recalienta, y lo percibimos. O como estos vecinos nuestros, unos alemanes de 25 años, que están comiendo mucho menos pescado desde que descubrieron que es la pesca de arrastre la que provoca el cambio climático más rápido que otros elementos nocivos de nuestro estilo de vida.

O como esa persona, que salió del armario del miedo o de la pereza, para comunicarse a corazón abierto, en un chat donde lo que se comparte es calor y bondad.

Bendito error inicial. Toda una lección para la vida. Cuando lo sientes, por algo será. Y dejas fluir.

espiritualidadintegradoracristiana.es

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