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     Ayer mi oración de la tarde, y también anteayer, fue en una cafetería del centro de Bilbao, a los pies del terrorífico edificio de una de la empresas energéticas todopoderosas que se enriquecen a costa de…

Al otro lado de la ría también la todopoderosa universidad privada de Deusto. En medio de una energía extraña. Un puente une ambos mundos, el puente Pedro Arrupe.

Arrupe fue ese puente entre occidente-Roma-y oriente, desde el Japón, que le enseñó a meditar, a escuchar, a hacer silencio, a curar las heridas, como médico, de la bomba atómica. Este señor de Bilbao fue general de los jesuitas; le llamaban el papa negro porque tenía tal personalidad y visión de futuro que  al final hizo sombra al blanco y le silenciaron, dejándole morir apartado, y confuso, como los profetas.

Veníamos de unas jornadas feministas, donde el profetismo estaba presente en el salón a través de mujeres que conocedoras de sus religiones buscan la manera de volver a los textos originales y liberarlos de patriarcado tóxico y asesino de mentes brillantes, de inspiraciones de futuro, venga ese profetismo de mujeres o de varones.

Ese puente entre la universidad y el vientre del capitalismo se estaba dialogando desde los efectos negativos a lo largo de la historia en la mujer, y como ahora, también gracias a la universidad las mujeres podemos profetizar, porque el conocimiento si es auténtico conduce a la humildad y desde esa plataforma segura se llega al Anuncio y Denuncia, propio del profetismo.

Las jornadas un éxito de participación, incluida gente joven. Y, te deja con preguntas, constataciones: en todas las religiones se cuecen los mismos temas: textos originales inspirados por el Espíritu Universal para renovar la historia, según las diferentes culturas, que al poco tiempo son usurpados por varones de mente patriarcal, algunos de los cuales bien por ignorancia  en sus defectuosas traducciones, o en su elección voluntaria de darle al contenido un pequeño giro, eligiendo aquel sinónimo que cambia un pelín el sentido de la palabra y que se adapta mejor a lo que quieren, consiguen, a lo largo de los siglos, que se cambie el sentido original de la palabra del profeta.

Un ejemplo vivo lo tenemos en la traducción del hebreo de la palabra “dominad” la tierra, en el relato de la creación, elegida en lugar de “cuidad” de la tierra, que dicen las expertas era el sentido original del texto y el espíritu de esa narrativa.

Algo así como el aleteo de la mariposa en Brasil que eclosiona en una tormenta en Nueva York, al cabo de un tiempo.

El aleteo de la Ruah se da, el proceso humano que lo acoge y gestiona es el responsable de sus efectos, de cómo eclosiona o de si se aborta.

Tiene que haber una revuelta de mujeres porque hubo una usurpación de nuestro espacio, derechos, dignidad.

Y mi cerveza se está terminando y no me dio tiempo de sacar el tema iniciado con una de ellas antes, durante el descanso…le dije “tengo crisis” y sus ojos me atravesaron, me acababa de decir que le estaban ayudando nuestros audios sobre la Palabra, que se lo reenviaba a amigas, hijas…y de pronto algo chirrió, se supone que yo tengo que ayudar a resolver crisis , parecía decirme, sin decirlo, pero, y sigo ahora, sin cerveza, y después de orar mis sentimientos esta madrugada, con sinceridad, sí, gracias a mis crisis puedo acompañar otras, pero ¿Cuál es la mía? Y necesito ponerle nombre.

Tal vez por haber vivido y estudiado en universidades extranjeras donde hace años había ya estas propuestas…me encuentro en mitad del puente, pero no entre la universidad y el capitalismo, sino entre la universidad y la oración de la tarde en la cafetería donde tuvimos esa pequeña eucaristía entre infusión y cerveza y escucha atenta de personas entrenadas en escuchar hasta el final.

Me falta el anuncio hecho visible. El discurso lo tenemos, lo sabemos, la denuncia es clara, la revuelta es digna, pero el anuncio de mujeres empoderadas que crean espacios visibles de otra iglesia es posible, otro discurso es posible, otro estilo de vida es posible…¿dónde está?

Desde la joven rabina, a las investigadoras del Corán, a las activistas e investigadoras cristianas…todas me preparan el terreno para una duda que posiblemente es sólo mía, y pido disculpas si molesto, pero me parece que la mayoría femenina católica, seguimos esperando demasiados permisos de las religión oficial, para que nos dejen espacio…

Jesús no tenía esa pedagogía.

Jesús formó un grupo fuera del templo, impartió su enseñanza debajo de árboles y en la orilla del lago y desde una barca y un monte… utilizó el puente para abrirse a una experiencia de Dios genuina, y cuando se sintió capaz, fortalecido por la Palabra que le llamaba hijo, que le cuidaba y empoderaba, se lanzó a comunicar su experiencia, que creó un cisma en su religión, porque interpreta diferente, se siente libre por dentro, va haciéndose hijo, hermano mayor en la pequeña comunidad que ha iniciado.

Me siento llamada, nos sentimos desde nuestro ministerio, a ser puente, con quienes queráis, mujeres en camino, en búsqueda de espacios que debemos crear, con nuestro permiso, sin jerarquía, sin institución, debajo de árboles y puentes…dar soluciones aunque al principio, como nos pasa a nosotras, se nos mire de reojo.

Oigo de grandes teólogas lo que debería ser el futuro, y me digo, Dios mío, nosotras estamos ahí. Y no encontramos mucha cancha porque es diferente. A la gente le gusta leer sobre algo nuevo, pero al final celebran la Navidad como siempre, con el marisco y el turrón…es decir que los cambios de vida requieren de conversiones de fondo.

Agradezco a tres instituciones que han marcado mi vida: la comunidad que me enseñó a orar y predicar. La universidad que me enseñó a estudiar reflexionando. El Centro en Irlanda que me ayudó a dar un giro de mirar sólo la Palabra desde dentro, a verla en todo, desde los orígenes.

Ese espacio lo hemos creado virtual, y también una comunidad inspirada en los orígenes, el corazón sigue buscando con la mirada un lugar para vivirlo y donde puedas venir y compartir.

Dos personas solas no podemos. Hoy todo es difícil, pero no perdemos la ilusión mientras seguimos caminando, tomando infusiones y construyendo puentes entre la universidad y el pueblo, pisando en las pisadas de hermanos y hermanas que lo hicieron posible. El puente de Arrupe, las Beguinas en Europa, las feministas en todo el mundo. Los miles de grupos verdes que siembran árboles y esperanza, convirtiendo las espadas en podaderas.

Seguimos orando, en la tarde, oscureciendo sobre el puente, acompañadas de otras mujeres pensadoras y activistas que están ahí, como yo, buscando, rezando, dudando y danzando a las puertas de Navidad en plena semana del gozo.

Más otro día.

Magda Bennásar, sfcc

4 comentarios en « ENTRE UNA CERVEZA Y LA UNIVERSIDAD»

  1. Buenos días, cuando os leo no me siento sola, no quiero acomodarme, pero lo hago, aunque se me note que me retuerzo por no acomodarme. Pero sigo esperando el momento en que el resorte me diga; basta ya, hazlo.
    Hs sido un soplo de apertura haberos encontrado en Facebook.

  2. Gracias por abrir el corazón, por compartir tu crisis, que me pedía abrazarte y decir aquí estoy, podemos compartir crisis, diálogo, sororidad, camino, esperanza.
    Sois puente, sois luz y a mi me estáis enseñando el camino. Marisa. C. de Magdala

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